El «diolkos» fue una obra de ingeniería digna de admiración de Periandro, tirano de Corinto y uno de los 7 sabios de la antigüedad. Los barcos eran trasladados de una parte a la otra mediante unos portadores con ruedas llamados «olkos».
Para los habitante de la antigua Corinto, el estrecho trozo de tierra que une la Grecia central con el Peloponeso suponía un importantísimo problema al que encontrar una solución. Separaba el golfo Sarónico y el de Corinto y, por tanto, el mar Egeo y el Jonio. De esta forma, los barcos debían dar la vuelta al Peloponeso para poder llegar de un golfo al otro, una travesía peligrosa y que requería de mucho tiempo. La construcción de una obra de ingeniería que garantizara el paso de los barcos se convirtió en un imperativo para los habitantes de Corinto cuando fundaron sus colonias en el Mediterráneo occidental (siglo VIII a.C.).
La respuesta al problema fue una obra de las obras de ingeniería más importantes de la antigüedad: el famoso camino «diolkos». La iniciativa fue de Periandro, que era tirano de Corinto y uno de los 7 sabios de la antigua Grecia. Alrededor del 620 a.C. pensó primero en crear un canal en el istmo. Sin embargo, en su lugar, decidió finalmente optar por otro método más práctico: un camino guiado con grandes bloques de piedra por el que las embarcaciones eran transportadas de un golfo al otro sobre portadores con ruedas (los «olkoi»). El camino se extendía desde la playa de Esquinunte (Kalamaki) hasta el extremo occidental del canal (punto que fue reconstruido a principios del siglo IV a.C. y cuyo uso se constata hasta el siglo IX d.C.).
Gran parte del diolkos fue descubierta ente 1956- 1962 durante las excavaciones realizadas por Nikos Verdelís. La longitud total del camino debía de llegar a los 8 kilómetros, y su anchura a los 3,5 - 5 metros. No se diseñó sobre una línea recta, sino que incluyó curvas a fin de evitar grandes diferencias de nivel. En medio del camino de piedra había dos surcos profundos y paralelos. Sobre ellos se movían las ruedas de una construcción de gran tamaño, la «olkos», sobre la que subía el barco.
El proceso, que era tortuoso y para el cual era necesario el trabajo de miles de esclavos, se realizaba solo con barcos ligeros, principalmente de guerra, cuando era necesario que cruzaran rápidamente de un mar a otro. Los barcos mercantes dejaban sus mercancías en el puerto para que fueran transportadas por tierra, y el barco continuaba «sobre ruedas». Una vez transportados, cargaban sus mercancías de nuevo. Y el viaje continuaba...
Por qué Periandro no hizo un canal?
Muchas son las razones por las que Periandro no procedió a la creación de un canal:
La diferencia de nivel entre las dos aguas, lo que provocaba que el flujo del agua del golfo de Corinto se vertiera en la del Sarónico, con consecuencias imprevisibles.
La advertencia de Pitia: «Ni construir ni cavar el istmo. Porque Zeus creó las islas donde consideró correcto».
Las reacciones de los sacerdotes de Corinto que perderían las ricas ofrendas y regalos de los comerciantes. Y la negativa de los habitantes, puesto que los comerciantes solo pasarían y ya no se quedarían en Corinto, de forma que perderían importantes ingresos.
Sabías que:
Merece la pena ver la película de animación, producida por la Cámara Técnica de Grecia y la Asociación para el Estudio de la Antigua Ingeniería Griega que reproduce de forma única cómo se utilizaba el diolkos.
Los estudios para la restauración y rehabilitación del antiguo diolkos progresan hacia su materialización tras el dictamen unánime y positivo por parte del Consejo Arqueológico Central.
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