¡Sublime! Esa es la sensación cuando te paras sobre el canal de Corinto y observas sus altas y verticales «paredes». Al fondo, una alargada línea de agua de color azul profundo. Aquí se encuentran el golfo de Corinto y el Sarónico, las aguas del Egeo y del Jonio.
¡Sublime! Esa es la sensación cuando te paras sobre el canal de Corinto y observas sus altas y verticales «paredes». Al fondo, una alargada línea de agua de color azul profundo. Aquí se encuentran el golfo de Corinto y el Sarónico, las aguas del Egeo y del Jonio.
Por aquí cruzaron y cruzan embarcaciones de todas las nacionalidades. Un «desfile» internacional en un canal de 6.343 metros y una profundidad de 8 metros con una anchura de seguridad máxima de 24,60 metros sobre la superficie del mar y 21 metros hacia el fondo. Si se tiene la suerte de encontrare con los osados que se atreven a hacer puenting desde el istmo, entonces el espectáculo... ¡despega!
Un acontecimiento geológico casual, una estrecha porción de tierra unía la Grecia central con el Peloponeso obligando a los barcos a hacer un viaje peligroso y lejano, un problema por resolver desde incluso el siglo VII a.C. El primero en pensar en la solución del canal fue Periandro, tirano de Corinto y uno de los 7 sabios de Grecia, hacia el 620 a.C. Finalmente, decidió construir el Diolkos, un camino construido simétricamente con grandes piedras de forma cúbica en donde los barcos eran llevados de un golfo al otro sobre una especie de transportadoras con ruedas (olkos). Así, entregó el... relevo del diseño del canal a las siguientes generaciones: Demetrio I de Macedonia, Julio César, Calígula, Galo, Adriano. Y siempre... todo nuevo diseño acababa por abandonarse.
Y aquí es donde entra en la historia el célebre Nerón. En el año 66, después de haber asistido a unos juegos en los istmos, ideó el diseño de un canal. En el año 67 dio triunfalmente inicio a las obras, bajo el sonido de las trompetas. Reunió a miles de trabajadores, pero la obra nunca se completó. Nerón regresó a Roma y, tras el asesinato del emperador, los trabajadores abandonaron las obras. Sin embargo, las huellas de la apertura de una longitud de 3.300 metros se han conservado.
Siguieron Herodes Ático y los bizantinos, los venecianos en 1687, pero de nuevo sin resultado.
En el recién establecido Estado griego, el presidente Ioannis Kapodistrias ordenó la obra de apertura total. Sin embargo, fue asesinado antes de poder avanzar. Cuando se construyó el canal de Suez en 1869, el gobierno de Zaimis tomó la decisión de dividir el istmo, pero debido a que no disponían del dinero necesario, el canal se demoró hasta 1881.
Su ejecución y explotación durante 99 años la asumió el húngaro Stefan Tyr. Las obras comenzaron en 1882. Y Nerón... ¡volvió a la escena! Siglos después, se siguió su línea de 6.300 metros como la más correcta y económica. Mas en 1889 la empresa que asumió los trabajos... quebró.
Finalmente, la obra al fin se continuó y se completó después de 1893, cuando era presidente del gobierno Charilaos Trikoupis. El canal fue adquirido por la «Empresa del Canal de Corinto», dirigida por Antreas Singrós, banquero y benefactor del país.
En 1944, al abandonar Grecia, los alemanes provocaron la caída de miles de metros cúbicos de tierra en el canal a fin de impedir el paso de los barcos. Gracias a la financiación del plan Marshall, en octubre de 1947 el canal volvió a abrir de nuevo y en 1948 comenzaron a pasar barcos de menor tamaño.
(Más información sobre la historia del canal de Corinto publicada en https://aedik.gr y en el libro de la Administración Marítima de Corinto Medioambiente, historia, monumentos, rutas ecológicas y culturales).
¡Puenting y caídas con la adrenalina por las nubes!
Experiencias extremas y una sensación única de libertad. Una caída al vacío con los ojos abiertos desde una altura de 80 metros. Las paredes verticales del istmo te rodean y en el fondo encuentras el canal con sus oscuras aguas. Si tienes suerte, además, podrás ser testigo del paso de algún barco.
El istmo de Corinto es un destino para quienes aman el puenting. La plataforma se encuentra en el puente de la antigua carretera nacional, en la salida hacia Loutraki. Puede dirigirse a la empresa de deportes certificada.
El experto piloto húngaro Péter Besenyei fue el inspirador del campeonato Red Bull Air Race, y añadió en 2017 una empresa insólita en la historia del istmo: pasar por entre las paredes del canal con una avioneta monoplaza, ¡realizando peligrosísimas acrobacias antes y después!
Los puentes hundidos
Los puentes hundidos de Poseidón y el puente de Istmia unen la Grecia central con el Peloponeso. El primero de ellos abrevia el camino desde Lutraki a Corinto y está hundido a unos 11 metros. Supone el fin del istmo en la parte del golfo de Corinto. Encienda la cámara del móvil y espere a que el siguiente barco pase por el canal. Es espectáculo es impresionante.
Sabías que
La región del istmo ha sido un punto estratégico muy importante a lo largo de los siglos, una zona de desencuentros y controversias. Hasta tres veces se reunieron aquí en la antigüedad los griegos bajo un liderazgo común para enfrentarse a peligros externos (guerras médicas) o para organizarse contra los persas (Felipe y Alejandro Magno).
Con la apertura del istmo, la navegación desde el Pireo a Italia se acortó muy notablemente. La distancia entre Patras y el Pireo a través del canal es de 100 millas náuticas. Si un barco da la vuelta al Peloponeso, recorrerá 295 millas náuticas.
Dos puentes de carretera y dos puentes de ferrocarril en el istmo unen la Grecia central y el Peloponeso.
Más información sobre el canal de Corintoaquí
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Peloponnese. Greece beyond the obvious
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