El castillo de Kelefa, en el extremo sur de la cordillera del Taigeto, junto con los de Passavas al noreste y el de Zarnata al noroeste, controlaba el paso a Mani por mar y tierra.
Guardián y protector, se alza en una ubicación naturalmente fortificada a 245 metros de altitud sobre la bahía de Ítilo y su grisácea silueta apenas puede distinguirse en las laderas del monte. El castillo de Kelefa, en el extremo sur de la cordillera del Taigeto, junto con los de Passavas al noreste y el de Zarnata al noroeste, controlaba el paso a Mani por mar y tierra.
Kelefa se fortificó en 1670, tras el acuerdo alcanzado entre el pirata y primer bey de Mani, Limberakis Gerakaris, con el visir Ahmed Köprülü, a fin de proteger el puerto comercial de Ítilo. Este último envió a Mani 6000 hombres desde Roumeli y lo conquistó aprovechando la vendetta que se había iniciado entre las familias de los Kosmas de Vatheia y los Stefanopoulos de Ítilo.
Los otomanos lo conservaron durante 15 años. En 1685 pasó a manos de los maniotas y de sus aliados venecianos que reforzaron las fortificaciones y establecieron una guardia. Allí estuvieron hasta 1715, aunque en los años posteriores el castillo perdió su importancia estratégica y, finalmente, fue abandonado.
El castillo comprende una extensión de 13 hectáreas. Está totalmente cercado por muros que se conservan junto a 2 de los 4 baluartes, algunas ruinas de edificios en el interior del recinto y un cañón (de los 58 que existían para su defensa durante los años en que fue importante y poderoso).
Puede visitar las ruinas (mostrando siempre el cuidado adecuado y con el equipamiento necesario durante los meses de verano), entrando por una de las aperturas de los muros de la parte sudoccidental. Podrá disfrutar de unas vistas increíbles de las costas de Ítilo y del golfo de Mesenia, especialmente al atardecer.
Sabías que
El castillo de Kelefa se encuentra al oeste del pueblo homónimo, y al sur de Ítilo. Allí concluye el camino que comienza en la carretera principal Githeo - Areópoli, 4,5 kilómetros antes de Areópoli.
Para los amantes del senderismo, existe un viejo sendero de piedra, la «salitzada» - como lo llaman los lugareños - que conecta el castillo de Kelefa con la playa de Tsipa.