El pequeño pueblo de Elati, con su estilo tradicional, está construido a una altitud de 1200 metros en el Ménalo occidental, y el paseo que ofrece en la generosa naturaleza es impresionante. Hacia las afueras del pueblo, un escultor en madera y ecologista se inspira en la naturaleza para crear sus obras en madera natural.
Como su nombre indica - «elati» significa «abeto» -, aquí podrá respirar y disfrutar del oxígeno que ofrece el bosque de abetos. El pequeño pueblo de Elati, con su estilo tradicional, está construido a una altitud de 1200 metros en el Ménalo occidental, y el paseo que ofrece en el generoso entorno forestal es impresionante. Antes se llamaba Garzenio, que en eslavo significa «ciudad del bosque». Muy cerca de Elati se encuentran las pequeñas poblaciones de Pirgaki y Methidrio.
La sección 4 de la red de senderos del menalotrail conecta Elati con Vitina y la sección 3 con Zigovitsi.
Creaciones en madera. Hacia las afueras del pueblo encontrará al señor Christos Simopoulos, un escultor en madera, amante de la naturaleza y de los animales (que tiene muchos burros y caballos).
«No quiero ser un gran artista, mi objetivo es vivir cerca de la naturaleza» dice. Su taller está lleno de obras escultóricas en madera y de materias primas. Son impresionantes en forma y cromatismos las ramas y raíces de cedros, encinas, arces. Los recoge cuando pasea por los bosques, en virtud del permiso especial que se le ha concedido. Cada trozo de madera es único y le da la idea de qué crear: normalmente muebles, lámparas u objetos decorativos.
El lugar era antes el sitio donde se cortaban los abetos. La naturaleza es la inspiradora de este escultor que procede del pueblo de Megápolis y que hace años abandonó Atenas, donde había aprendido el arte trabajando en talleres de fabricación de muebles.